El Salvador fue el primero en romper esquemas para hacer negocios a nivel centroamericano.
El exminsitro de Economía Miguel Lacayo no solo abrió la brecha comercial para que el país sino también fortaleció las relaciones comerciales con Estados Unidos, con la firma del Tratado de Libre Comercio TLC.
Durante el cabildeo, Lacayo invitó a Latinoamérica para sumarse a una nueva dinámica de negocios, dándole un voto de confianza a esta estrategia global a través del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y abandonar el temor de una integración regional.
La valentía de ex ministro de economía terminó con la firma Oficial del TLC El Salvador-Estados Unido hace 19 años y logró diversificar la oferta comercial, así como el destino de los productos locales.
Para Lacayo, los beneficios no sólo han sido comerciales, también lo son para la economía en su conjunto, permitiendo reducir, incluso hasta eliminar, las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio.
Asegura que el TLC ha mejorado la competitividad de las empresas al facilitar el incremento del flujo de inversión extranjera, al otorgar estabilidad en el tiempo a los inversionistas, ayuda a competir en igualdad de condiciones con otros países y fomentan la creación de empleos, en su mayoría, derivados de una actividad exportadora.
El resultado de esa atrevida decisión comercial, se refleja en los datos oficiales los cuales apunta a un despegue de las exportaciones , abriendo más oportunidades para nuevos nichos comerciales.
La Corporación de Exportadores de El Salvador Coexport también destaca que la cooperación estadounidense ha sido clave para el cumplimiento de los requerimientos técnicos de otro sector importante como el de los alimentos procesados.
El exministro Miguel Lacayo afirma que el TLC ayuda a establecer reglas del juego claras que han permitido atraer inversión y brindar certidumbre jurídica, por lo tanto el país debe “aprovecharlo al máximo”.